Receta de hogaza de pan rustico

Una hogaza que te conecta con lo simple y lo bueno
Hacer pan en casa no es solo una receta, es un ritual.
Hoy en día estamos acostumbrados a tener el pan al alcance de la mano: entras al supermercado y hay cientos de barras, hogazas y panecillos listos para llevar. Pero si te fijas bien… la mayoría de ellos no tienen ni sabor, ni olor, ni alma.
Hacer pan rústico en casa es otra historia.
Es harina, agua, sal y levadura. Es amasar con las manos, dejar que el tiempo haga su magia, ver cómo la masa sube, escuchar el crujido al sacarlo del horno… y sobre todo, es saber exactamente qué estás comiendo.
El pan del supermercado suele llevar mejorantes, conservantes y procesos que buscan rapidez y volumen, no calidad.
En cambio, una hogaza hecha en casa, aunque no salga perfecta al principio, tiene algo que ningún pan industrial puede imitar:
sabor, carácter y la satisfacción de haberla creado tú.
No necesitas ser panadero, solo ganas de aprender y disfrutar del proceso.
Y cuando lo pruebas… no hay vuelta atrás.
Origen e Historia
El pan es uno de los alimentos más antiguos de la humanidad. Su historia empieza hace más de 12.000 años, cuando los primeros grupos de humanos comenzaron a moler cereales silvestres y mezclarlos con agua para hacer una especie de papilla que luego cocían sobre piedras calientes. No era pan como lo conocemos hoy, pero fue el primer paso.
Se cree que el primer pan fermentado surgió por accidente. Al dejar esa mezcla de harina y agua reposar, empezó a fermentar de forma natural con las levaduras del ambiente. Al hornearla, se dieron cuenta de que tenía una textura más ligera, un sabor más complejo y era más fácil de digerir. Así nació el pan con miga.
Los egipcios, hace más de 4.000 años, ya dominaban la fermentación y cocían el pan en hornos de barro. De ahí pasó a los griegos y romanos, que lo perfeccionaron y lo convirtieron en parte esencial de la dieta. Los romanos incluso tenían panaderías públicas.
Durante siglos, el pan fue el alimento básico en muchas culturas. En Europa medieval, por ejemplo, una comida sin pan no se consideraba completa. No era solo comida: era símbolo de trabajo, comunidad y tradición.
Con la industrialización, la producción de pan cambió. Aparecieron los hornos masivos, las levaduras comerciales y los panes rápidos… pero en ese camino se perdió parte del alma del pan tradicional.
Hoy, volver a hacer pan en casa, con paciencia y buenos ingredientes, es también una forma de reconectar con esa historia. Amasar pan es continuar una tradición milenaria que ha alimentado a generaciones enteras.
Ingredientes (para 1 hogaza grande):
- 500 g de harina de trigo panadera (puedes usar 400 g blanca + 100 g integral)
- 350 ml de agua (a temperatura ambiente)
- 5 g de levadura seca de panadería (o 15 g de levadura fresca)
- 10 g de sal (una cucharadita colmada)
- 1 cucharada de aceite de oliva (mejora la elasticidad, opcional)
- Semillas, nueces o hierbas si quieres aromatizarlo
Elaboración:
1. Mezcla y autólisis
En un bol grande, mezcla la harina con el agua hasta que no queden restos secos.
Deja reposar 30 minutos (esto mejora la hidratación y la estructura del pan).
2. Añadir levadura y sal
Incorpora la levadura y la sal a la masa. Amasa dentro del bol o sobre una superficie limpia durante 8–10 minutos, hasta que la masa esté suave y algo elástica.
3. Primer levado (fermentación en bloque)
Forma una bola, colócala en el bol engrasado y tapa con un paño húmedo o film.
Deja fermentar entre 1.5 y 2 horas a temperatura ambiente, o hasta que doble su volumen.
Tip: Puedes dejarla en la nevera toda la noche para una fermentación lenta que mejora el sabor y la digestibilidad.
4. Formado
Vuelca la masa sobre una superficie enharinada, desgasifica con suavidad y forma una hogaza redonda (o alargada, según prefieras).
Coloca sobre papel de horno o en un banneton bien enharinado.
5. Segundo levado
Deja que repose 45–60 minutos, tapada con un paño limpio, hasta que vuelva a hincharse.
6. Precalentar el horno
Si tienes, mete una olla de hierro (tipo cocotte) dentro para que se caliente.
Precalienta a 230 °C con calor arriba y abajo.
7. Horneado
Haz un corte superficial a la masa con una cuchilla o cuchillo afilado.
Si usas olla, mete la hogaza con papel y tapa. Hornea:
- 20 min con tapa (para generar vapor)
- 20 min más sin tapa a 210 °C, hasta que esté dorado y suene hueco al golpear la base.
Si horneas sin olla, pon una bandeja con agua caliente en la base del horno para generar vapor los primeros 15 minutos.
8. Enfriado
Deja enfriar sobre una rejilla al menos 1 hora antes de cortarlo. El pan sigue “cocinándose” por dentro mientras se enfría.
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