Receta de queso fresco

Sabor natural, textura suave y tradición en cada bocado
El queso fresco es uno de los productos lácteos más emblemáticos de la cocina tradicional. Su sabor delicado, su textura húmeda y su versatilidad lo convierten en un imprescindible tanto en recetas caseras como en platos más elaborados. Elaborado a base de leche entera pasteurizada, cuajo y sal, este queso se consume sin maduración, lo que conserva todos los aromas y nutrientes propios de la leche.
El queso fresco no solo es delicioso, también es una excelente fuente de nutrientes esenciales. Gracias a su proceso de elaboración simple y sin aditivos, es una opción saludable para quienes buscan una alimentación equilibrada y rica en proteínas.
Origen e Historia del Queso Fresco
El queso fresco es uno de los productos lácteos más antiguos del mundo. Sus orígenes se remontan a hace más de 8.000 años, cuando las primeras civilizaciones domesticaron animales como cabras y ovejas, y descubrieron que la leche podía coagularse para obtener un alimento más duradero, nutritivo y fácil de conservar: el queso.
Los primeros indicios del queso se hallaron en vasijas de cerámica encontradas en Mesopotamia y Egipto, donde ya se utilizaban técnicas rudimentarias de cuajado usando enzimas naturales o jugos ácidos (como el vinagre o el jugo de higo). Estos quesos eran blandos y sin madurar, muy parecidos al queso fresco que conocemos hoy.
En el Antiguo Egipto, el queso fresco era un alimento común entre las clases trabajadoras y también se ofrecía como ofrenda a los dioses. Más adelante, los griegos y romanos perfeccionaron su elaboración y lo integraron en su cocina cotidiana.
Durante la Edad Media, la tradición quesera se expandió por Europa a través de los monasterios. El queso fresco se producía localmente en casi todas las regiones rurales, con recetas que variaban según el tipo de leche disponible y las costumbres del lugar.
En España y América Latina, el queso fresco se ha convertido en un pilar de la alimentación popular. En muchas casas aún se elabora de forma artesanal, con recetas transmitidas de generación en generación. Cada región tiene su propia versión: queso de Burgos, cuajada, queso campesino, requesón, queso blanco criollo, entre otros.
Valores Nutricionales Aproximados (por 100 g)
Calorías: 160 kcal
Proteínas: 12 g
Grasas: 12 g
Carbohidratos: 2 g
Calcio: 480 mg
(Pueden variar según la receta y el tipo de leche)
Beneficios del Queso Fresco
Alto en proteínas: Ideal para mantener la masa muscular y saciar el apetito.
Bajo en grasas (según el tipo de leche utilizada): Perfecto para quienes cuidan su alimentación.
Rico en calcio: Fortalece los huesos y dientes.
Fuente de probióticos (cuando es elaborado artesanalmente): Favorece la salud intestinal.
Fácil digestión: Gracias a su bajo contenido en lactosa comparado con la leche entera.
Ingredientes para 4 personas:
- 2 litros de leche entera (puede ser de vaca, cabra u oveja, no ultrapasteurizada)
- 4 cucharadas de vinagre de manzana (60 ml aprox.)
- 1 cucharadita de sal (opcional, al gusto)
- Gasa o paño limpio de algodón
- Colador grande
- Olla y cuchara de madera
Elaboración:
1. Calienta la leche:
Vierte los 2 litros de leche en una olla y caliéntala a fuego medio, removiendo ocasionalmente para que no se pegue.
🔸 La temperatura ideal es de unos 80–85 °C, justo antes de que hierva (cuando empiece a humear y formarse espuma en los bordes).
2. Agrega el vinagre de manzana:
Retira la olla del fuego y añade poco a poco el vinagre de manzana mientras remueves con una cuchara de madera.
🔸 En pocos segundos verás cómo la leche se corta: el suero (líquido amarillento) se separa de la cuajada (grumos blancos).
3. Deja reposar:
Tapa la olla con un paño y deja reposar unos 10 a 15 minutos para que la cuajada se forme bien.
4. Cuela la cuajada:
Coloca una gasa o paño fino sobre un colador grande, y cuela la mezcla para separar el suero de la cuajada.
🔸 Puedes recoger el suero para usarlo en pan, sopas o batidos, ¡no lo tires!
5. Sazona (opcional):
Si deseas, añade sal a la cuajada al gusto y mezcla bien.
6. Forma y prensa:
Reúne la cuajada dentro de la gasa, forma una bola o disco y presiona suavemente para escurrir el exceso de suero.
🔸 Puedes poner un peso encima (como un frasco lleno de agua) y dejar reposar en la nevera por 1 a 2 horas, dependiendo de qué tan firme lo quieras.
7. Desmolda y sirve:
¡Listo! Desmolda el queso y consérvalo en la nevera en un recipiente hermético.
Dura hasta 5 días refrigerado.
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