Receta de frittata de puerros y queso cabra

Frittata de puerros y queso de cabra: la receta ligera que alegra el verano

La frittata es uno de esos platos que conquistan por su sencillez y sabor. En esta propuesta, los puerros aportan un toque suave y delicado, que se mezcla con la cremosidad del queso de cabra en cada bocado. Es una receta ligera, perfecta para los días de verano en los que apetece comer bien sin excesos. Se puede disfrutar caliente recién hecha o templada, lo que la hace práctica para cualquier ocasión. Además, se prepara con pocos ingredientes y en muy poco tiempo. Ideal para una comida rápida, una cena improvisada o incluso para llevar en un picnic. Una receta tradicional con un toque distinto que nunca falla en la mesa.


Origen de la receta

La frittata tiene sus raíces en la cocina popular italiana, donde se convirtió en un plato de aprovechamiento muy apreciado. Su nombre proviene del verbo friggere (“freír”), ya que originalmente se cocinaba solo en la sartén, aunque hoy en día lo habitual es combinar una primera cocción al fuego con un acabado en el horno para lograr una textura más esponjosa y uniforme.
Se trata de un plato humilde que se elaboraba con los ingredientes que había a mano: huevos, sobras de verduras, quesos o embutidos. Esto la convirtió en un recurso indispensable en muchas casas, especialmente en el sur de Italia. Con el tiempo, la frittata trascendió el ámbito doméstico y empezó a servirse en trattorias y restaurantes como alternativa ligera a la pasta o la pizza.
Su versatilidad la ha hecho muy popular en otros países, adaptándose a ingredientes locales. En España suele compararse con la tortilla, aunque la frittata se diferencia por incorporar los ingredientes directamente a la mezcla de huevo, en lugar de utilizarlos como relleno. Hoy se disfruta tanto en comidas familiares como en buffets fríos, pícnics y cenas informales, siempre como un ejemplo de cocina sencilla, rápida y sabrosa.


Ingredientes para cuatro personas:

  • 6 huevos
  • 3 puerros medianos
  • 200 g de queso de cabra (rulo)
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • Sal y pimienta al gusto

Elaboración:

1. Preparar los puerros:

Lava bien los puerros para quitarles la tierra y córtalos en rodajas finas, aprovechando solo la parte blanca y verde clara.

2. Sofreír las verduras:

En una sartén antiadherente, calienta el aceite de oliva y sofríe los puerros a fuego medio durante 8-10 minutos hasta que queden tiernos y ligeramente dorados.

3. Batir los huevos:

En un bol grande, bate los huevos con una pizca de sal y pimienta hasta que estén bien mezclados.

4. Incorporar los ingredientes:

Añade los puerros sofritos a los huevos batidos y mezcla. Corta el queso de cabra en rodajas o trozos pequeños e incorpóralo también.

5. Cuajar la frittata:

Vierte la mezcla en la sartén caliente y cocina a fuego medio-bajo durante 5-6 minutos, hasta que los bordes empiecen a cuajarse.

6. Terminar la cocción:

Puedes darle la vuelta con cuidado para dorarla por el otro lado, o bien terminar la cocción en el horno precalentado a 180 ºC durante 8-10 minutos, hasta que esté firme y ligeramente dorada por arriba.

7. Servir:

Deja reposar un par de minutos antes de cortar y sirve la frittata templada o a temperatura ambiente.


Maridaje:

Verdejo de Rueda
Un vino blanco joven, fresco y con buena acidez. Sus notas frutales y herbáceas realzan el dulzor natural del puerro y equilibran la cremosidad del queso de cabra, dejando el paladar ligero.

Sauvignon Blanc
Un blanco aromático, con toques cítricos y frescos. Su viveza contrasta muy bien con la intensidad del queso de cabra, aportando un maridaje vibrante y muy veraniego.

Pinot Noir joven
Aunque menos habitual, este tinto ligero y frutal, servido ligeramente fresco, armoniza con la textura esponjosa de la frittata y le da un toque diferente sin tapar sus sabores delicados.

Con cerveza: Una cerveza tipo witbier (de trigo belga) resulta muy armónica gracias a sus notas cítricas y especiadas. También funcionan bien las lager suaves, que limpian el paladar entre bocado y bocado.

Sin alcohol: Para quienes prefieren algo más ligero, una limonada casera con hierbas como albahaca o hierbabuena aporta frescor y combina perfectamente con los sabores veraniegos de la receta. Otra opción es un agua con gas con unas rodajas de limón o pepino, que ayuda a realzar la sensación ligera del plato.


Consejos de presentación:

  • Formato de servicio: Sirve la frittata entera en una fuente redonda y córtala en porciones triangulares, como si fuera una tarta salada. Este formato es ideal para comidas compartidas. Para un estilo más moderno, puedes cortarla en cuadrados pequeños y presentarla como tapas o bocados individuales.
  • Guarniciones: Acompáñala con una ensalada fresca de hojas verdes y tomates cherry para aportar color y contraste. También puedes añadir aceitunas, frutos secos tostados o un poco de rúcula para darle un toque más sofisticado.
  • Detalles finales: Justo antes de servir, coloca unas rodajas finas de queso de cabra por encima y gratínalas un par de minutos para darle un acabado más vistoso. Un chorrito de aceite de oliva virgen extra en crudo y unas hierbas frescas picadas (perejil, cebollino o albahaca) aportan aroma y frescura visual.
  • Estilo veraniego: Si quieres resaltar el carácter ligero de la receta en verano, preséntala en una tabla de madera rústica acompañada de pan artesanal y una jarra de bebida fría al lado. El contraste entre lo sencillo y lo cuidado hará que el plato luzca más apetecible.

¿Te ha gustado esta delicia?

Entonces no te pierdas todo lo que tengo preparado
👉 Sígueme en Instagram @raulpueyo_recipes para más recetas dulces, creativas y fáciles de hacer.

¡Hola cocinero!
Encantados de conocerte.

Regístrate para recibir todas mis recetas cada mes.

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *