Receta de solomillo de cerdo al ajillo

Solomillo al ajillo: sabor tradicional con todo el carácter

Esta receta está dedicada a Bodegas Osca, del Somontano, que nos inspiran con sus vinos para disfrutar de los mejores sabores de nuestra tierra.

El solomillo al ajillo es un clásico de la cocina española, tierno y jugoso, con el aroma inconfundible del ajo dorado y un toque de aceite de oliva. Sencillo de preparar, pero lleno de sabor, es perfecto para compartir en familia o sorprender a los invitados. La combinación de carne, ajo y vino crea una experiencia deliciosa y reconfortante. Cada bocado conserva la esencia de la cocina de toda la vida, con ese sabor casero que siempre apetece repetir. Un plato que reúne tradición, sabor y cariño en cada medallón.


Origen del plato

El solomillo al ajillo es un plato que forma parte de la memoria gastronómica de España, una de esas recetas que se transmiten de generación en generación en las cocinas familiares. Su origen se encuentra en la tradición popular, donde el ajo ha sido siempre un ingrediente fundamental. No en vano, desde tiempos antiguos, el ajo era muy valorado no solo por su sabor, sino también por sus propiedades medicinales y por lo bien que realza cualquier carne.

La combinación de solomillo, ajo y aceite de oliva es un reflejo perfecto de la cocina mediterránea: pocos ingredientes, muy sencillos, pero con un resultado lleno de carácter y sabor. El vino blanco, presente en la mayoría de versiones, aporta frescura y una salsa ligera que invita a mojar pan, convirtiendo este plato en un imprescindible de las comidas familiares.

No existe una única zona de origen del solomillo al ajillo, ya que se prepara en prácticamente todo el país. En Andalucía, por ejemplo, suele añadirse guindilla para darle un toque picante; en Castilla es habitual encontrar versiones con más vino y salsas abundantes; mientras que en algunas regiones del norte se enriquece con perejil fresco o caldo. Esta diversidad refleja la riqueza de la gastronomía española y su capacidad para adaptar recetas a los productos locales.

Lo que se mantiene inalterable en todas las versiones es la esencia: una carne tierna y jugosa, acompañada del inconfundible aroma del ajo dorado y el buen aceite de oliva. Quizás por eso, el solomillo al ajillo nunca ha pasado de moda y sigue siendo, hoy en día, un plato estrella tanto en bares y restaurantes como en la mesa de casa, donde se disfruta especialmente en reuniones familiares y comidas de domingo.


Ingredientes para cuatro personas:

  • 600 g de solomillo de cerdo
  • 6 dientes de ajo
  • 1 guindilla (opcional)
  • 150 ml de vino blanco
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto

Elaboración:

1. Preparar los ingredientes:

Pelar y laminar los ajos. Cortar el solomillo en medallones de tamaño similar. Salpimentar la carne por ambos lados.

2. Dorar los ajos:

En una sartén amplia, añadir un buen chorro de aceite de oliva y calentar a fuego medio. Incorporar los ajos laminados y la guindilla, dejándolos dorar ligeramente sin que se quemen.

3. Sellar la carne:

Subir el fuego e incorporar los medallones de solomillo. Cocinar un par de minutos por cada lado hasta que queden bien sellados y jugosos por dentro.

4. Añadir el vino:

Verter el vino blanco sobre la carne, dejar que hierva un par de minutos para que evapore el alcohol y se forme una salsa ligera con el aceite y el ajo.

5. Servir:

Retirar del fuego y servir caliente, acompañado con la salsa de ajillo por encima.


Maridaje:

Vinos tintos

  • Osca Moristel Crianza, de Bodegas Osca (maridaje perfecto, por su equilibrio entre fruta madura y notas de crianza que realzan la jugosidad del solomillo)
  • Tempranillo joven de La Rioja
  • Ribera del Duero crianza de cuerpo medio

Vinos blancos

  • Osca Blanco, de Bodegas Osca (fresco y aromático, ideal para acompañar el ajo y la salsa ligera del plato)
  • Verdejo de Rueda
  • Albariño de Rías Baixas

Cervezas

  • Lager artesanal suave
  • Pale Ale ligera y aromática

Consejos de presentación:

  • Servir los medallones de solomillo en un plato amplio, dejando espacio entre ellos para que se vea la salsa y los ajos laminados.
  • Verter un poco de la salsa por encima de la carne y reservar el resto en una salsera o directamente en la sartén para que cada comensal pueda añadir más si desea.
  • Decorar con un poco de perejil fresco picado, aporta color y un aroma agradable.
  • Acompañar con guarnición visible: patatas fritas, pan rústico, verduras a la plancha o una ensalada ligera en un lateral.
  • Usar platos de colores neutros o blancos para resaltar los tonos dorados de la carne y el ajo.
  • Servir recién hecho y caliente; el aroma del ajo recién dorado es parte esencial de la experiencia.

¿Te ha gustado esta delicia?

Entonces no te pierdas todo lo que tengo preparado
👉 Sígueme en Instagram @raulpueyo_recipes para más recetas dulces, creativas y fáciles de hacer.

¡Hola cocinero!
Encantados de conocerte.

Regístrate para recibir todas mis recetas cada mes.

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *