Receta de flan de café

El flan de café, aunque no tiene un origen específico tan documentado como el flan tradicional, es una deliciosa variación que se ha popularizado en muchos países de habla hispana. Para entender mejor su historia y tradición, primero vale la pena ver de dónde viene el flan en general.
🥚 Origen del flan tradicional:
El flan tiene raíces muy antiguas, que se remontan al Imperio Romano, donde ya se preparaban natillas con huevos y leche. Con el tiempo, esta receta evolucionó y se extendió por Europa. En la Edad Media, se volvió especialmente popular en España y Francia, donde se incorporó el caramelo líquido como toque final.
Durante la colonización española, el flan fue llevado a América Latina, donde se convirtió en un postre básico, adaptándose a los ingredientes y gustos locales. En países como México, Argentina, Venezuela o Cuba, el flan es parte fundamental de la gastronomía cotidiana y festiva.
☕ ¿Y el flan de café?
El flan de café surge como una variación moderna del flan clásico, probablemente a mediados del siglo XX, cuando el café empezó a utilizarse con mayor creatividad en la repostería. No hay un país específico que se lo atribuya, pero su presencia es fuerte en países con gran cultura cafetera como:
- México (donde el café de olla inspira muchas recetas)
- Colombia (con su famoso café suave)
- Cuba y Puerto Rico (donde el café es parte de la vida diaria)
En estos lugares, el flan de café se convirtió en una manera elegante de combinar dos sabores tradicionales: el dulce del flan y el amargor del café. Se sirve en reuniones familiares, fiestas o como postre de restaurante, y suele estar ligado a un ambiente más adulto, debido al perfil del sabor del café.
🎉 Tradición y uso actual:
- En muchas familias, se prepara como postre para ocasiones especiales.
- Es común en restaurantes gourmet o cafeterías que buscan reinterpretar postres clásicos.
- Puede encontrarse en versiones más modernas, como flan de café con licor (como Kahlúa o Baileys), flan de café vegano o versiones frías sin horno.
🧁 El flan de café hoy:
El flan de café representa un puente entre lo tradicional y lo moderno. Une la herencia culinaria del flan clásico con el amor contemporáneo por el café, y ha inspirado versiones en tartas, vasitos individuales, y hasta helados con sabor a flan de café.
Ingredientes
- Para el caramelo:
- 3/4 taza de azúcar (150 g)
- 2 cucharadas de agua
- Para el flan:
- 4 huevos grandes
- 1 lata de leche condensada (aprox. 395 g)
- 1 lata de leche evaporada (aprox. 360 ml) – o 1 taza y 1/2 de leche entera
- 1/2 taza de café fuerte o expreso (puede ser caliente o frío)
- 1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
Preparación
1. Prepara el caramelo:
En una sartén a fuego medio, coloca el azúcar con las 2 cucharadas de agua.
Cocina sin remover hasta que se derrita y tome un color dorado ámbar.
Vierte inmediatamente el caramelo en el fondo de un molde para flan o budín (20–22 cm aprox.), inclinando el molde para cubrir bien el fondo. Deja enfriar.
2. Mezcla el flan:
En un bol grande, bate ligeramente los huevos (sin hacer mucha espuma).
Agrega la leche condensada, la leche evaporada (o entera), el café y la vainilla. Mezcla bien hasta integrar.
Si quieres una textura ultra suave, puedes colar la mezcla o licuarla brevemente.
3. Llena el molde:
Vierte la mezcla del flan sobre el caramelo ya endurecido en el molde.
4. Cocina a baño María:
Coloca el molde dentro de una bandeja más grande con agua caliente (hasta la mitad del molde del flan).
Lleva al horno precalentado a 160–170 °C (320–340 °F) durante 50–60 minutos, o hasta que al insertar un palillo o cuchillo, salga limpio.
5. Enfría y desmolda:
Saca del horno y deja enfriar a temperatura ambiente.
Luego refrigera al menos 4 horas (mejor de un día para otro).
Para desmoldar, pasa un cuchillo por los bordes del molde, calienta ligeramente la base (puede ser con un paño húmedo caliente o sumergiendo brevemente en agua caliente), y voltea sobre un plato.
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🍮 Consejos:
Usa café fuerte o expreso para que el sabor sea notorio.
Puedes añadir un chorrito de licor de café (como Kahlúa) para una versión más adulta.
Se puede hacer en moldes individuales para una presentación elegante.