Receta de calamares encebollados

Calamares encebollados: el guiso marinero que conquista con su sencillez

Los calamares encebollados son uno de esos platos de siempre, de los que llenan la cocina con aroma a mar y a hogar. Tiernos, sabrosos y bañados en una salsa de cebolla confitada, representan lo mejor de la cocina tradicional: pocos ingredientes, pero mucho sabor. Perfectos para acompañar con un buen pan o un arroz blanco, este guiso demuestra que las recetas humildes son, muchas veces, las más irresistibles.


Origen del plato:

El origen de los calamares encebollados se remonta a la tradición marinera de las costas españolas, especialmente en regiones como Galicia, el País Vasco y Andalucía. En los puertos, los pescadores aprovechaban los calamares recién capturados para preparar comidas sencillas pero nutritivas, cocinándolos con cebolla, vino y un poco de aceite de oliva, ingredientes básicos que siempre había a bordo o en las casas cercanas al mar.

Con el tiempo, esta receta se consolidó como uno de los guisos marineros más populares, extendiéndose por todo el país con pequeñas variaciones regionales. En el norte suele añadirse vino blanco o sidra, mientras que en el sur se usa vino fino o manzanilla, aportando un toque más aromático.

Entre sus curiosidades destaca que los calamares, además de ser una fuente rica en proteínas y baja en grasa, tienen una textura que se transforma por completo según el tiempo de cocción: si se cocinan poco, quedan duros; si se guisan con paciencia, alcanzan una ternura exquisita. También es un plato que mejora de un día para otro, ya que el reposo potencia el sabor de la cebolla caramelizada y del marisco.


Ingredientes para 4 personas:

  • 1 kg de calamares limpios (pueden ser medianos o pequeños)
  • 3 cebollas grandes
  • 2 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • 1 vaso de vino blanco (unos 200 ml)
  • 1 cucharadita de pimentón dulce (opcional)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto
  • Un poco de perejil picado para decorar (opcional)

Elaboración:

1. Preparar los ingredientes:

Limpia bien los calamares, separando las aletas y las patas, y córtalos en anillas de tamaño medio. Pela y corta las cebollas en juliana fina. Pela también los dientes de ajo y pícalos muy menudos.

2. Sofreír la cebolla y el ajo:

En una cazuela amplia, añade un buen chorro de aceite de oliva y caliéntalo a fuego medio. Incorpora el ajo picado y, cuando empiece a dorarse ligeramente, añade la cebolla y la hoja de laurel. Cocina lentamente, removiendo de vez en cuando, hasta que la cebolla esté tierna y ligeramente caramelizada.

3. Añadir los calamares:

Agrega los calamares a la cazuela y sube un poco el fuego. Remueve para que se mezclen con la cebolla y se impregnen bien del sofrito. Deja que suelten su agua y se reduzca un poco antes de seguir.

4. Incorporar el vino y el pimentón:

Vierte el vino blanco y deja que se evapore el alcohol durante unos minutos. Si deseas darle un toque más profundo de sabor, añade el pimentón dulce y mezcla bien.

5. Guisar a fuego lento:

Reduce el fuego, tapa la cazuela y deja cocinar durante 30 a 40 minutos, hasta que los calamares estén tiernos y la salsa haya espesado. Si se seca demasiado, añade un poco de agua o caldo. Ajusta de sal y pimienta al gusto.

6. Reposar y servir:

Deja reposar unos minutos antes de servir. Espolvorea con perejil picado si lo deseas. Acompaña con pan, arroz blanco o unas patatas cocidas para disfrutar al máximo de la salsa.


Maridaje:

El maridaje ideal para los calamares encebollados depende de la versión del plato y del toque que se le dé, pero en general combina muy bien con vinos blancos secos, frescos y con buena acidez, que equilibren la untuosidad de la cebolla y resalten el sabor marino del calamar.

Un vino blanco joven como un Albariño (Galicia), un Verdejo (Rueda) o un Godello es perfecto: aportan notas cítricas y frutales que limpian el paladar y realzan la dulzura natural de la cebolla caramelizada.

Si se prefiere algo con más cuerpo, un vino blanco con ligera crianza sobre lías o un fino o manzanilla de Jerez armonizan muy bien, especialmente cuando el plato se elabora con vino del sur, ya que comparten matices salinos y toques almendrados que complementan el guiso.

Para quienes opten por cerveza, una lager suave o una ale dorada también funcionan, porque su frescura contrasta con la melosidad del plato sin ocultar los sabores del mar.

En definitiva, la clave del maridaje está en buscar frescura y equilibrio: vinos o cervezas que acompañen la intensidad del guiso sin dominarla, dejando que el protagonista siga siendo el sabor del calamar y la cebolla bien pochada.

VinoBodegaDenominación de OrigenTipo de vino / notas destacadas
Mar de FradesBodegas Mar de FradesRías Baixas (Galicia)Albariño fresco, cítrico y salino
Do FerreiroBodegas Gerardo MéndezRías Baixas (Galicia)Albariño elegante, con buena acidez
Cuatro Rayas VerdejoBodega Cuatro RayasRueda (Castilla y León)Blanco joven, afrutado y equilibrado
Palacio de ViveroBodega Félix SolísRueda (Castilla y León)Verdejo suave, ligero y floral
Fino QuintaBodegas OsborneJerez (Andalucía)Fino seco, con notas de almendra y salinidad
Fino JaranaBodegas LustauJerez (Andalucía)Vino fino clásico, seco y elegante
AlbamarBodega AlbamarRías Baixas (Galicia)Albariño con toques minerales y frescura atlántica

Consejos de presentación:

1. Usa un plato hondo o una cazuela de barro
Este tipo de presentación realza el carácter tradicional y casero del guiso. Además, conserva mejor el calor y permite lucir la salsa.

2. Coloca los calamares en el centro y la cebolla alrededor
Para una presentación más cuidada, distribuye los aros de calamar en el centro del plato y deja que la cebolla se mezcle suavemente por los bordes, creando un efecto de textura y color.

3. Añade un toque verde
Un poco de perejil fresco picado o unas hojas pequeñas de perejil entero aportan color y contraste. Si prefieres algo diferente, una pizca de cebollino o cilantro también funciona bien.

4. Cuida la salsa
No sirvas el plato demasiado líquido: la salsa debe tener una textura melosa, que se adhiera al calamar. Si ha quedado muy espesa, añade unas gotas de vino o caldo antes de servir.

5. Acompañamiento equilibrado
Coloca al lado una pequeña porción de arroz blanco moldeado con un aro de cocina, unas patatas cocidas o pan artesanal cortado en rebanadas gruesas. Esto no solo completa el plato, sino que lo hace más visual.

6. Toque final antes de servir
Un hilo fino de aceite de oliva virgen extra por encima, justo antes de llevar a la mesa, realza el brillo del guiso y potencia su aroma.


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