Receta de ensalada de pulpo

Milhojas del Mar con Toque Gourmet
Un plato que combina texturas suaves y crujientes en una composición visualmente irresistible. Cada capa se presenta con la delicadeza de una obra de arte culinaria, invitando a descubrir matices y sensaciones en cada bocado. Su montaje vertical le da un aire elegante y sofisticado, ideal para sorprender en una ocasión especial. Los sabores se entrelazan con armonía, destacando la frescura y el equilibrio de la preparación. El contraste de colores lo convierte en un verdadero espectáculo para la vista. Perfecto para quienes disfrutan de la cocina con carácter y distinción. Un bocado que deja huella desde el primer instante.
Curiosidades del plato:
El plato de pulpo con patatas más emblemático de Galicia es el pulpo á feira, también llamado pulpo a la gallega, aunque en su versión tradicional no siempre lleva patata, sino que las cachelos (patatas gallegas cocidas) se colocan como base o acompañamiento.
Su historia es curiosa: el pulpo no siempre fue un producto de consumo habitual en Galicia. Antiguamente, los marineros gallegos lo pescaban, pero gran parte se secaba y salaba para venderlo en el interior, especialmente en Ourense y Lugo, donde se popularizó en ferias y fiestas. De ahí el nombre á feira.
Un detalle interesante es que, por tradición, el pulpo se cocía en calderos de cobre, ya que se creía que así quedaba más tierno y con mejor color. También se decía que debía asustarse tres veces antes de cocerlo definitivamente, es decir, meterlo y sacarlo del agua hirviendo para que la piel no se desprendiera.
En cuanto a las patatas, las famosas cachelos gallegos aportan un sabor único gracias a la tierra y el clima de la región, y se convierten en una cama ideal para absorber el jugo del aceite, el pimentón y la sal gruesa.
El pulpo á feira no es solo un plato, sino casi un ritual: se corta siempre con tijeras, se sirve en platos de madera y se come pinchando con palillos, normalmente acompañado de un buen vino tinto o blanco joven de la zona.
Ingredientes:
- 600 g de pulpo cocido
- 4 patatas medianas
- Mezcla de lechugas variadas
- Aceite de oliva virgen extra
- Reducción de balsámico de Módena
- Pimentón dulce o picante
- Sal al gusto
Elaboración:
1. Cocinar y preparar el pulpo:
Si el pulpo no está cocido, hervirlo en agua con sal hasta que esté tierno. Cortar los tentáculos en trozos medianos y reservar.
2. Cocer las patatas:
Pelar y cortar las patatas en rodajas finas. Cocer en agua con sal hasta que estén tiernas pero firmes. Escurrir y enfriar ligeramente.
3. Montar el milhojas:
En un plato grande, colocar una rodaja de patata como base, luego una capa de pulpo y a continuación un poco de mezcla de lechugas. Repetir el proceso hasta obtener varias capas.
4. Añadir los toques finales:
Rociar con aceite de oliva virgen extra y unas gotas de reducción de balsámico alrededor del plato. Espolvorear con pimentón y un toque de sal al gusto.
5. Servir:
Presentar de inmediato para conservar la frescura y la textura de cada ingrediente.
Consejos de presentación:
Utiliza un plato de madera tradicional, que absorbe parte del aceite y mantiene el aspecto rústico típico.
Coloca las patatas en rodajas como base, bien alineadas y ligeramente superpuestas, para que recojan el jugo del pulpo.
Corta el pulpo con tijeras en rodajas uniformes para un aspecto más cuidado y profesional.
Alterna los colores colocando pimentón dulce y picante en zonas distintas, creando contraste visual.
Rocía el aceite de oliva justo antes de servir para que brille y aporte frescura al plato.
Añade sal gruesa de manera irregular, visible sobre el pulpo, para reforzar el efecto apetitoso.
Acompaña con un pequeño cuenco de pan gallego o rebanadas tostadas para completar la experiencia.
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