Receta de sopas de ajo

El poder reconfortante de la sopa castellana: el sabor humilde que nunca falla

Pocas recetas representan mejor la cocina tradicional que la sopa de ajo, también conocida como sopa castellana. Con ingredientes sencillos como pan, ajo, pimentón y huevo, este plato nació de la necesidad y se convirtió en un icono del sabor auténtico. Su aroma inconfundible y su calidez la hacen perfecta para los días fríos, recordándonos que la sencillez bien hecha puede ser pura exquisitez.


Historia y origen

La sopa de ajo, también llamada sopa castellana, tiene sus raíces en la cocina popular de las regiones del centro de España, especialmente Castilla y León, aunque se ha extendido por todo el país con distintas variantes. Nació como un plato de aprovechamiento, elaborado por campesinos y pastores con los ingredientes más básicos de la despensa: pan duro, ajo, pimentón, agua o caldo, y a veces un poco de aceite o grasa.

Su origen se remonta al siglo XVII o XVIII, cuando el pan era un alimento fundamental y nada se desperdiciaba. Los ajos, abundantes y de fácil conservación, aportaban sabor y energía, mientras que el pimentón introducido en España tras el descubrimiento de América dio ese característico color rojizo que la distingue.

Con el tiempo, la receta evolucionó. En algunas zonas se añadía jamón, chorizo o un huevo escalfado, convirtiéndola en una comida más completa. Era habitual servirla en cazuelas de barro, que mantenían el calor durante las frías jornadas de invierno.

Entre sus curiosidades, se dice que la sopa de ajo era un plato de cuaresma, cuando no se podía comer carne, y que también se servía a los caminantes del Camino de Santiago para reponer fuerzas. En algunas regiones, incluso se considera un remedio casero contra el resfriado, gracias al ajo y al calor reconfortante del caldo.

Hoy, lejos de ser un plato humilde, la sopa de ajo se valora como un símbolo de la gastronomía tradicional española, un recordatorio de cómo la sencillez y el ingenio pueden dar lugar a un sabor inolvidable.



Ingredientes

  • 8 dientes de ajo
  • 150 g de pan duro (preferiblemente del día anterior)
  • 1 cucharada de pimentón dulce
  • 1 litro de caldo (de pollo o de verduras)
  • 2 huevos
  • 50 g de jamón serrano en taquitos (opcional)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal al gusto

Preparación

1. Preparar los ingredientes
Corta el pan duro en rebanadas finas o en dados pequeños. Pela los ajos y lamínalos. Si usas jamón, trocéalo en dados pequeños.

2. Dorar los ajos
En una cazuela amplia, añade un buen chorro de aceite de oliva y caliéntalo a fuego medio. Agrega los ajos laminados y fríelos hasta que estén dorados, cuidando que no se quemen, ya que amargarían el plato.

3. Incorporar el jamón (opcional)
Si deseas un sabor más intenso, añade el jamón a la cazuela y sofríelo un minuto junto con los ajos.

4. Añadir el pimentón y el pan
Retira la cazuela un instante del fuego para que el pimentón no se queme, añade la cucharada de pimentón dulce y remueve. Incorpora el pan y mezcla bien para que se empape con el aceite y el sabor del pimentón.

5. Verter el caldo y cocer
Vierte el caldo caliente sobre la mezcla y remueve. Deja cocer a fuego suave durante unos 10-15 minutos, hasta que el pan se haya ablandado y la sopa tenga una textura espesa y homogénea. Rectifica de sal si es necesario.

6. Añadir los huevos
Rompe los huevos directamente sobre la sopa, sin remover, y deja que se escalfen durante unos minutos, hasta que la clara esté cuajada y la yema ligeramente líquida.

7. Servir caliente
Sirve la sopa de ajo en cazuelas de barro individuales. Lo ideal es disfrutarla recién hecha, bien caliente, con un trozo de pan para acompañar.


Maridaje:

La sopa de ajo o sopa castellana tiene sabores intensos por el ajo, el pimentón y el pan tostado, por lo que combina mejor con vinos de acidez equilibrada, taninos suaves y buen frescor.
Los blancos con algo de cuerpo o los tintos jóvenes y frutales suelen ser las mejores opciones. También pueden funcionar bien algunos rosados con buena expresión aromática.

Tabla de vinos recomendados:

BodegaVinoTipo / Nota de cata breve
Bodegas Palmeri SiciliaPalmeri NavaltaTinto joven de Garnacha, fresco, frutal y equilibrado; realza el pimentón de la sopa.
Bodegas Palmeri SiciliaPalmeri AdánTinto de Garnacha vieja, más estructurado; ideal si la sopa lleva jamón o chorizo.
Bodem BodegasLas Margas Garnacha BlancaBlanco con cuerpo y acidez equilibrada; aporta frescura y limpieza al paladar.
Bodegas Pagos del MoncayoPrados Colección GarnachaTinto de cuerpo medio, con notas de fruta roja y taninos suaves; maridaje clásico.
Bodegas Pagos del MoncayoPrados Fusión Garnacha-SyrahTinto más intenso, con toques especiados; combina bien con versiones más contundentes.
Bodega Leo & NinéCompartir Joven 2024Tinto joven, fresco y afrutado; ideal para la sopa tradicional.
Bodega Leo & NinéCompartir Crianza 2021Tinto con más cuerpo y notas de madera; perfecto para una versión más rica o invernal.

Recomendaciones finales:

En contextos más gastronómicos, el Compartir Crianza de Leo & Niné aporta complejidad y un toque elegante al maridaje.

Para una sopa de ajo tradicional y ligera, el Las Margas Garnacha Blanca o el Compartir Joven son opciones frescas y equilibradas.

Si la sopa incluye jamón, chorizo o huevo escalfado, un tinto como Prados Colección Garnacha o Palmeri Adán realzará los sabores sin dominar el plato.


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