Receta de rosquillas de anís

Las rosquillas de anís son un dulce tradicional muy arraigado en la repostería de España y de algunos países de América Latina. Su historia está vinculada a la cocina popular, especialmente a las festividades religiosas y ferias locales. Aquí te doy un resumen de su origen, tradición e historia:

🏛️ Origen

El origen de las rosquillas de anís se remonta a la Edad Media en España, aunque pueden tener raíces aún más antiguas, posiblemente en la cocina romana, que ya utilizaba masa frita y especias. Con el tiempo, estas preparaciones evolucionaron en distintas regiones y se adaptaron a ingredientes locales, como el anís, una semilla muy usada tanto en la cocina como en la medicina tradicional.

🎉 Tradición

Las rosquillas de anís se asocian a menudo con celebraciones religiosas, como la Semana Santa y las fiestas patronales. En Madrid, por ejemplo, son muy populares durante las Fiestas de San Isidro, donde se venden distintos tipos de rosquillas, como las listas, tontas, de Santa Clara y las de rosquillas de anís.

Se consideran un dulce casero y familiar, transmitido de generación en generación, con recetas que varían ligeramente según la región o incluso la familia.

📜 Historia

  • Durante siglos, las rosquillas han sido un símbolo de cocina sencilla y festiva. Ya en el siglo XVIII aparecen referencias en recetarios tradicionales. La incorporación del anís, en forma de licor o de semilla, probablemente se intensificó en los siglos XVIII y XIX, cuando el anís se convirtió en un ingrediente muy valorado en la repostería por su sabor aromático y su popularidad en licores como el anís dulce o seco.
  • También se difundieron a América Latina durante la época colonial, donde se adaptaron con nombres y preparaciones distintas según el país, aunque muchas veces conservando el toque del anís.

📝 Ingredientes (para unas 25–30 rosquillas)

  • 2 huevos grandes
  • 100 g de azúcar
  • 500 g de harina (aproximadamente, puede variar)
  • 60 ml de anís (licor)
  • 60 ml de aceite de oliva suave o aceite de girasol
  • 1 cucharadita de levadura química (polvo de hornear)
  • Ralladura de 1 limón o naranja (opcional, para dar aroma)
  • Aceite para freír (girasol o mezcla)
  • Azúcar para espolvorear al final

Preparación

1. Batir los huevos y el azúcar

En un bol, bate los huevos con el azúcar hasta que estén espumosos.

2. Agregar líquidos y aroma

Añade el aceite, el anís y la ralladura de limón o naranja. Mezcla bien.

3. Incorporar la harina y la levadura

Tamiza la harina con la levadura y ve incorporándola poco a poco hasta obtener una masa blanda, que no se pegue a las manos pero que sea manejable. Amasa ligeramente.

4. Formar las rosquillas

Toma porciones de masa, haz un cilindro con las manos y une los extremos para formar una rosquilla. También puedes hacer bolitas y abrirles un agujero en el centro.

5. Freír

Calienta aceite en una sartén profunda. Fríe las rosquillas a temperatura media, para que se hagan bien por dentro. Dales la vuelta hasta que estén doradas por ambos lados.

6. Escurrir y rebozar

Saca las rosquillas a un papel absorbente. Cuando aún están templadas, pásalas por azúcar para que se pegue.

Consejo

Si prefieres, puedes hornearlas a 180 °C unos 20–25 minutos (quedan más ligeras, pero distintas).

Para una versión más suave, usa mitad anís y mitad leche.

Puedes conservarlas varios días en una lata o recipiente hermético.

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